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La fe no está en cuarentena

Miércoles 29 de Abril, 2020
Las áreas Pastoral Educativa y Profesores de Religión reflexionan sobre este tiempo, como oportunidad para vivir y formar desde la fe y los principios del Evangelio.

Esta pandemia nos ha golpeado fuertemente a toda la humanidad y para cuidarnos asumimos una cuarentena preventiva. Si miramos sólo la parte medio vacía del vaso, nos quedaremos con este tiempo como un confinamiento agobiante. Sin embargo, como Iglesia estamos convencidos que esta es una oportunidad para vivir y formar desde la fe y los principios del Evangelio a nuestros niños y jóvenes.

El Papa Francisco señala que formar en la fe «no es solamente el rezo del Credo», es mucho más, porque si «todo lo que creemos está en el Credo, la actitud de fe va más allá, es otra cosa, más grande». También nos recuerda que, «transmitir la fe no es dar informaciones, sino fundar un corazón en la fe en Jesucristo». Por esa razón, «transmitir la fe no se puede hacer mecánicamente» diciendo: «toma este libro, estúdialo y después te bautizo». La fe no se reduce tanto a hablar, sino más bien a experimentar, a vivir.

En este sentido, la clase de religión y toda la pastoral educativa tiene por finalidad generar condiciones de religiosidad a partir de la formación de la dimensión espiritual. Toma el contenido de la fe y procura desarrollar en los niños y jóvenes, desde el párvulo hasta la educación superior, una mirada de la vida, la persona, el mundo, la trascendencia, la creación desde una comprensión religiosa. No se trata de hacer proselitismo, la fe «crece mucho más por "atracción"», como enseña el papa emérito Benedicto XVI en su homilía en Aparecida.

El testimonio es necesario para transmitir la fe, aunque tal vez, hoy se vea golpeada por condiciones propias del encierro, en donde salen elementos que nos molestan y desagradan, así como heridas y problemas del pasado. Por ello afirmamos que este encierro puede ser otra oportunidad para buscar condiciones de mejor convivencia, perdonando los errores, colaborándonos, diciendo hasta el cansancio que nos amamos, aceptando nuestras diferencias, conversando puntos de vista, organizando las tareas domésticas, rezar juntos, etc. 

La familia es un espacio privilegiado para vivir y enseñar la fe, contexto esencial para aprender a vivir la comunidad, porque no somos meros individuos de un colectivo, estamos estrechamente unidos por el amor. La familia está llamada a hacer experiencia el deseo de Jesús de que vivamos en el amor, amándonos como él nos amó (Jn. 15, 12), algo que se puede visibilizar más ahora desde la enseñanza religiosa escolar o las acciones de la pastoral educativa. 

Serán aquellas vivencias que surgen del amor las que permitirán ir formando a los hijos y estudiantes desde la fe. Por ello también será importante leer como expresión de la fe cristiana la solidaridad que se ha gestado en muchos colegios para ir en ayuda de quienes más lo necesitan. Es justo reconocer el testimonio educador de tantas familias, así como de encargados pastorales y profesores de religión que han sabido resaltar el valor de la gratitud y la abnegación para disponer el corazón al servicio de los demás. 

En este tiempo de pandemia la fe no está en cuarentena, no está de vacaciones, no está confinada, tiene un espacio para ser formada, aceptada, celebrada y experimentada, tanto en  la familia como en la escuela.


Alberto Vásquez
Director del Área de Pastoral Educativa

Luis Zúñiga
Director del Área de Profesores de Religión

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